jueves, 7 de octubre de 2010

¡ LAS PANDILLAS ATACAN !

Ahora veremos las noticias más importantes sobre las pandillas en la ciudad de Bogotá.
Cerca de 100 colegios en Bogotá, amenazados por pandillas; los estudiantes se enfrentan a los delincuentes por evitar atracos:
Las denuncias fueron echas por la cabildante distrital, Martha Ordóñez, quien dice haberse comunicado con algunos estudiantes que han manifestado la situación de violencia que viven en los alrededores de las instituciones educativas.
“con pánico están asistiendo a clase las niñas, niños y adolescentes de varios colegios del distrito por el incremento de violencia en la entrada, salida, alrededores, incluso, dentro de las mismas instituciones” expuso la concejal.
Los jóvenes dicen que cada vez aumentan más los atracos, el expendio de droga y el abuso sexual por parte de docentes y hasta  los mismos compañeros de la institución.
Para la concejal Martha Ordóñez los programas del distrito como es el caso de “caminemos seguros” se están quedando en papel, suenan muy bien pero no pasa nada, mientras los estudiantes están desprotegidos y expuestos a criminales y diferentes situaciones que violan sus derechos.
Como ejemplo de está situación la cabildante denunció que el pasado martes en el colegio Distrital los Alpes. De la localidad de San Cristóbal, dos jóvenes  resultaron heridos con arma blanca después de que  estudiantes del colegio se enfrentaran a una pandilla para evitar un atraco, mientras la policía llegó  casi una hora después de lo sucedido.

Ordóñez que lo acontecido en el colegio los Alpes muestra el grado de desespero en que se encuentran los estudiantes del Distrito que están tomando la decisión de enfrentarse ellos mismos a los delincuentes, con las lamentables consecuencias en este caso dos jóvenes heridos.
Dice la concejal que  de acuerdo con la Secretaría de Educación, en Bogotá hay 958 colegios que viven una situación crítica de violencia y que están en observación por parte de la Administración, sin embargo, los educadores manifiestan que se sienten solos y sin herramientas, de igual manera sucede con los miembros de la policía que hacen parte del programa “un policía padrino” quienes sostienen que se sienten impotentes a la hora de enfrentarse a las pandillas que atracan y violan los derechos de los estudiantes.

Pandillas imponen terror en colegios de Usaquén en Bogotá:
Graves denuncias sobre violencia  y extorsión protagonizada por pandillas, en por lo menos 6 colegios de Usaquén, hicieron estudiantes, padres de familia y veedores. De acuerdo con las denuncias, los jóvenes que integran estos grupos viven  “vacunando” a los alumnos para no agredirlos y los robos son permanentes en las afueras de los establecimientos. Los alumnos consultados por caracol radio, aseguraron que les piden dinero para no golpearlos y las pandillas imponen el terror en estos establecimientos. Nelson Cruz, veedor de la localidad, señaló que en los colegios Nuevo Horizonte, Cristóbal Colón, Aquileo Parra, Agustín Fernández y Divino Salvador, vienen ocurriendo estos hechos acompañados de la venta de drogas, el porte de armas y hasta agresiones físicas contra profesores dentro de los mismos colegios por parte de los estudiantes.
El tema es tan delicado, según el veedor, que un estudiante tuvo que desplazarse de establecimiento ante las agresiones y amenazas que venia recibiendo. Julio César Pardo, padre de familia de la zona, dijo que estos ¡hechos han llenado de temor a lo0s padres que no saben que hacer con sus hijos. Los padres de familia pidieron la atención urgente de las autoridades, para detener esta situación que se presenta desde hace varios meses.

Violencia en localidad:
Toda esta situación, corre junta con los delitos contra la propiedad privada que están involucrados con la población juvenil. El problema no es la delincuencia sino la exclusión, por eso la alternativa no es el aumento de  policías sino de oportunidades para los jóvenes.
Y aunque las autoridades quieran desconocerlo, han comenzado a operar grupos ilegales relacionado con el paramilitarismo. Casos como las primeras amenazas a jóvenes, reportados ante la Defensoria del Pueblo y el Ministerio de Interior, éste ultimo respondió con la entrega de chaleco anti balas y un avantel, son apenas la primera muestra.
También se conocen procesos de reclutamiento con estos grupos desde hace un año y medio, para ir a cuidar cultivos de coca y ser después presentados como desmovilizados. Como se sabe, en algunos casos al acabarse la ayuda del Estado se involucran de nuevo a la estructura paramilitar. Aún más grave, son las recientes presencias de grupos armados que cobran vacunas a conductores de bus en la antigua vía al llano, que comunica la localidad de San Cristóbal con la de Usme, a la altura de los barrios Juan Rey y J.J. Rondón.
De otro lado, las muertes entre miembros de pandillas se desprenden por el control de zonas en donde se distribuye la droga. Uno de los últimos casos –conocido por la comunidad local-, sucedió el pasado 31 de octubre a las 8:00 p.m., cuando un joven recibió dos impactos en el pecho y uno en la cabeza, por sicarios disfrazados aprovechando “la noche de brujas”.
Si tomamos la historia de Ciudad Bolívar, algunos líderes y organizaciones de derechos humanos han señalado que los paramilitares habían contactado inicialmente pandillas impulsando un proceso de lucha entre ellas, coatacando  aquellas que iban ganando territorio. En ese entonces, nadie prestó atención a los primeros números de muertos como diciendo “es que se lo merecían esos malos muchachos” la situación fue empeorando cuando comenzaron muertes selectivas a líderes comunitarios y personeros estudiantiles. Es así como se llegó a la alarmante cifra de más de 300 jóvenes asesinados en lo recorrido de estos últimos años. En el caso de San Cristóbal, las muertes han sido justificadas por la comunidad barrial con su silencio, pues al tener una mayor percepción de inseguridad justifican la llamada (limpieza-social) y no ven la necesidad de movilizarse para exigir justicia social.
De las tres localidades, Usme tiene los mayores indicadores desescolarización, Bamenda de vivienda, así como un mayor numero de miembros que residen en el hogar, esto es; aquellos que viven bajo el mismo techo y comen en la misma olla, o viven en la misma olla. Por otra parte, San Cristóbal es quien presenta una mayor  desnutrición crónica. En todas se concentran los casos de deserción escolar de establecimientos oficiales.
El sur y el sur oriente se hunden en la miseria y con ella también se va nuestra juventud. Es necesario exigir mayores políticas para los jóvenes. Que no los utilicen para avalar diagnósticos y proyectos hechos desde las instituciones. Es hora de que la Alcaldía Mayor rompa la indiferencia con los jóvenes.

En Bogotá hay 1.319 pandillas con 19.700 miembros:
Su número se incremento en 516 con respecto al 2005 y casi se duplicó frente a las que había en el 2003. En los últimos tres años, al menos 4.700 jóvenes se vincularon a ellas. Las cifras están contenidas en el más reciente informe del centro de Investigaciones del Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la  juventud  (Idipron).el registro incluye a los muchachos que están vinculados a pandillas con algún grado de compromiso en actividades de enfrentamientos o delitos. Hace tres años, la cifra de jóvenes asociados con el pandillismo se calculó en 15 mil. El informe preliminar del Idipron que conoció EL TIEMPO señala que la mayoría de los grupos identificados tienen entre 5 y 20 integrantes. El 13 por ciento (182 pandillas) llegan a tener entre 26 y 50 miembros y el 6.7 por ciento (90 grupos) está conformado hasta por cuatro personas. El análisis se hizo entre el ultimo semestre del 2006 y el primero de 2007. los resultados del estudio ponen al descubrimiento el aumento desmedido  de pandillas en San Cristóbal, Bosa, Kennedy, Suba, Usme, Engativa, y Usaquén.

También sorprende una leve reducción de estas agrupaciones en Ciudad Bolívar y una significativa en el área limítrofe del municipio de Soacha. En está zona, hace cinco años se concentraba el cuarenta por ciento de las pandillas de la ciudad. En Ciudad Bolívar la disminución es de 8.8 por ciento en el número de pandillas. Pasó de 204 en el 2003 a 186 en el último registro. Y en la zona de influencia de Soacha, de 112 a 30. en cuanto  San Cristóbal, la cantidad aumentó de 24 en el 2005 a145 en el 2009. y en bosa se identificó la influencia de 103 grupos, mientras hace cinco años había solo 32.

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